
31 Ene Que es la hipersensibilidad o niños altamente sensibles
Las personas altamente sensibles (PAS) se caracterizan por sentir y percibir las cosas de un modo distinto que el resto de la sociedad. En el caso de los niños altamente sensibles o con hipersensibilidad ¿cómo les afecta a su desarrollo y cómo podemos ayudarles en casa y en la escuela?
¿Qué es la hipersensibilidad en niños?
La Real Academia Española (RAE) define la hipersensibilidad como ‘una manera peculiar de sentir o pensar’. Dicha capacidad hace que ciertas sensaciones se manifiesten con más intensidad de lo normal haciendo que las emociones estén a flor de piel.
Los detalles, los sonidos, los estímulos e incluso las palabras son percibidas de otro modo y que, de no ser trabajados, pueden interferir en el día a día de los niños con alta sensibilidad.
Algunas características de los niños altamente sensibles
Los niños con hipersensibilidad suelen presentar los siguientes rasgos y actitudes:
- Se sienten abrumados ante una gran cantidad de estímulos. Lo que puede hacer que se agobien en sitios con mucho ruido o mucha gente.
- Se dejan guiar por su intuición que, por otro lado, se desarrolla a una corta edad.
- Muestran rechazo a los comportamientos y las acciones violentas.
- Se alejan de los sonidos fuertes, por ejemplo, de la música a un alto volumen o de los ruidos ocasionados por el tráfico.
- Poseen una gran empatía incluso a una corta edad.
- Tienen mucha imaginación. Siempre están pensando en sus cosas ¡y además son muy creativos!
- Prestan mucha atención a los detalles. Sobre todo a aquellos que son de su interés o que les resultan motivantes.
- Se abruman con las luces muy brillantes llegando a parecer inquietos o incluso tímidos.
Claves para comprender y ayudar a los niños con hipersensibilidad
En Global Camp sabemos lo importante y necesario que es respetar y tratar las necesidades individuales.
- Trabaja tu empatía, trata de ponerte en el lugar de los niños con alta sensibilidad y procura crear para ellos un entorno tranquilo y sereno en el que la presencia de ruidos o estímulos no sea excesiva.
- Respeta sus ritmos y atiende a sus necesidades ya sean en cuanto a gestión de emociones o en el aprendizaje de las distintas asignaturas.
- Los niños altamente sensibles suelen tener muy en cuenta los comentarios de los demás, por ello, opta por el refuerzo positivo y por frases que no tengan connotaciones negativas que les puedan herir.
- Fomenta desde el respeto y el ejemplo la gestión de los sentimientos. Poner nombre a dichos sentimientos será la base para que los niños entiendan qué es lo que les pasa. Ayúdale a que verbalice cómo se siente: feliz, triste, abrumado y a que identifique qué es lo que le hace estar así.
- Trata de no hacer caso de ciertas ideas preconcebidas: ser sensible no es sinónimo de ser débil o con escasas habilidades sociales.
- Procura tener paciencia y evita la sobreprotección.
- Crea para ellos un ambiente en el que no sean juzgados y sí valorados por sus muchas cualidades. Para ello, comenta con la familia o la clase qué pueden hacer para que el niño se sienta como uno más de su grupo.
- Algunas técnicas de respiración, relajación o mindfulness que se pueden hacer en casa o en la escuela e incluso sesiones de yoga para niños pueden ser de gran ayuda para su bienestar emocional. No solo se sentirán calmados y serenos, sino que tendrán tiempo para la reflexión.
- Enséñale a perdonar. Los niños con esta peculiaridad tienen dificultades para perdonar debido a la intensidad con la que en muchas ocasiones se toman los comentarios o las acciones de los demás. Por eso, aunque su empatía esté desarrollada, necesitan que les ayuden a comprender el por qué de las cosas.
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