
27 Jun ‘Los campamentos de verano de GlobalCamp son una pequeña gran familia’
Diversión, pero sobre todo el aprendizaje de muchos valores como el respeto, el compañerismo o la tolerancia son los recuerdos que Iztiar Prieto guarda en su corazón tras su paso por los campamentos de verano de Globalcamp. Esas bonitas y enriquecedoras experiencias – ha asistido a estos campamentos durante 8 años- la empujaron a hacerse el curso de monitor de tiempo libre para ‘pasarse al otro bando’. Con nervios de ‘novata’, pero con la ilusión y las ganas de enfrentarse por primera vez a algo, este año Itziar cumple su sueño de ser monitora en un lugar que tanto la ha enseñado.
De campista en los campamentos de verano de Globalcamp a monitora
– ¿Qué recuerdos tienes de tu estancia en los campamentos de GlobalCamp?
La carga emocional con la que salías después de haber estado 14 días. Siempre fueron años donde no faltaba compañerismo y sobre todo risas, muchas risas. Creo que nunca me he reído tanto y me lo he pasado tan bien como cuando hacía actividades con mis amigos. Pero sobre todo recuerdo la sensación de grupo donde todos estábamos unidos y nos apoyamos los unos a los otros y era precioso. Si venía alguien nuevo, lo integrábamos. Sin duda estos recuerdos han quedado como unos de los mejores momentos del verano por no decir el mejor y sé que cuando siga creciendo los voy a seguir recordando, porque salías del campamento y volvías a tu casa siendo una persona nueva.
– ¿Qué es lo que más te gustaba de estos campamentos de verano?
La sensación de que podías contar con cualquier persona, ¡siempre me sentía apoyada! Si tenía un mal día, que los tuve, ya estaban ahí los monitores para darme un abrazo y animarme, y con mis compañeros igual. Siempre fueron personas que me daban alas para ser quien era sin sentirme juzgada y también me servían de colchón por si me caía. Y yo a ellos igual, saber que podía ayudarles o animarles me hacía sentir muy bien y lo bonito es que era mutuo e incluso fuera del campamento ese apoyo lo he seguido notando.
– ¿Cómo, por qué y cuándo decidiste hacer el curso de monitor de tiempo libre?
El principal es que al final los campamentos no son para toda la vida y cuando creces ya no puedes ir como campista, pero yo quería volver y la manera que tenía era ir al siguiente nivel, de monitora, la cual llevo teniendo muchísimas ganas de poder serlo. ¡El hecho de trabajar con niños pequeños y ver como se lo pasan bien, es gratificante!
La pequeña gran familia que se crea en los campamentos de verano de Globalcamp
– ¿Por qué has escogido GlobalCamp para hacer tus prácticas?
Asistí a mi primer campamento con ellos a los 8 años, ¡son como mi segunda familia! Tengo la suerte de poder hacer las prácticas con compañeros que saben cómo soy y en un albergue que ha sido mi sitio favorito en verano durante años. Además, la metodología educativa que siguen y el personal formado hace que sean los mejores en lo suyo, lo que me asegura que voy a estar rodeada de personas profesionales que saben lo que hacen y donde voy a poder aprender y formarme como monitora.
– ¿Qué crees que puede aportar a estos campamentos?
¡Todo lo que ellos me han enseñado estos años! Por una parte, a los monitores les puedo aportar compromiso por mi parte, es decir, que pueden contar conmigo y comunicarme lo que sea y que voy a intentar ser una persona fácil con la que trabajar y, desde luego, con la que se puedan echar unas risas. Y a los niños solo espero aportarles valores humanos para que crezcan como personas autónomas y buenas. También espero aportarles diversión y risas y, sobre todo, que sientan que soy una monitora con la que hablar si lo necesitan para que se sientan escuchados.
– ¿Cómo se ve todo desde este nuevo punto de vista?
Yo lo que veo es una chica que ha cerrado una etapa y se adentra a otra nueva. La primera fase me dio muy buenos momentos y aprendí mucho. Me dio mucha pena decirle adiós a “La Ichi campista” que tan buenos momentos ha tenido y os aseguro que lloré mucho al decirle adiós. Pero ahora es muy bonito porque digo hola a una nueva etapa de mi vida en la que estoy segurísima que voy a aprender y voy a conocer a personas maravillosas. ¡Llevo un año esperando con ansias que llegue el campamento para poder disfrutarlo como monitora!
– ¿Qué crees que va a ser lo mejor? ¿Y lo más duro?
Lo mejor que me voy a llevar es la experiencia en general pero, sobre todo, mis compañeros y los niños de esta edición. De ambas sé que voy a aprender mucho y me van a dar momentos muy buenos y risas. Lo más duro imagino que el agobio y el cansancio de los últimos días. Al final hacerse cargo de muchos niños puede saturar y más si es tu primer año. Aún así, hay que afrontarlo de la mejor manera y el peso de las cosas buenas en el campamento aplasta las malas, así que tampoco me preocupa.
– ¿Cómo te gustaría que te recordasen los participantes de esta edición?
Como la niña risueña y feliz que participaba y se lo pasaba bien, pero en versión monitora. También como una compañera que se entrega por el grupo y que da lo máximo que puede.
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